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Backstage Politics

El surgimiento del Estado moderno

El Estado moderno tiene sus orígenes en la Edad Media. En el episodio de hoy vamos a analizar los diferentes procesos que permitieron su nacimiento.

 

La desaparición del imperio carolingio a lo largo del s. IX desencadenó un tumultuoso proceso de fragmentación política en Europa. La ausencia de una autoridad central favoreció las usurpaciones entre los señores locales al asumir poderes públicos que se convirtieron en un patrimonio personal. Esto es lo que ocurrió con la administración de justicia o el establecimiento de impuestos.

 

Por otro lado las élites nobiliarias desarrollaron una creciente dependencia con la tenencia de tierras al convertirse en su principal fuente de sustento. Esto se combinaba con el control de la mano de obra campesina en sus respectivos feudos.

 

Al no haber una autoridad central se produjo un incremento de la conflictividad. Las guerras y conflictos entre los distintos señores eran el reflejo de una creciente competición en el marco de la “anarquía feudal” imperante. Esto estaba unido al marco político e institucional medieval, pues la superposición de múltiples jurisdicciones a diferentes niveles favorecía las disputas en el contexto de una compleja red de relaciones interpersonales.

 

Era habitual que varios señores tuviesen derechos sobre porciones de tierras comunes, y que compartiesen vasallos. Esto era fuente de conflictos al disputarse derechos sobre los mismos recursos, pero también los títulos que legitimaban el acceso a dichos recursos.

 

En este contexto los monarcas eran meros primus inter pares al ostentar un poder similar al de los restantes miembros de la nobleza. Dependían del resto de nobles en todo cuanto tenía que ver con la política del reino. Sus capacidades eran limitadas y se circunscribían a sus propios dominios de los que extraían rentas. Las tierras de la corona se convirtieron en el núcleo originario en torno al que los monarcas organizaron su propio poder.

 

La cuestión es, entonces, ¿cómo consiguieron los reyes aumentar su poder hasta el punto de transformar sus respectivos reinos medievales en Estados modernos?

 

Los procedimientos utilizados fueron muy diversos. Los repartos y embargos de tierras, las compras, las tomas de rehenes, y las desposesiones de los señores vecinos cuyos señoríos eran absorbidos en sus dominios. En otras ocasiones los señores eran sometidos y convertidos en vasallos a través de contrato y juramento, mientras que los vasallos indóciles eran obligados por la fuerza a ejecutar sus obligaciones y someterse a otras nuevas. También solían adueñarse de determinados feudos cuando se daba una oportunidad favorable, como cuando un vasallo no había cumplido con ciertas obligaciones.

 

Otro procedimiento habitual al que los reyes recurrían eran las herencias y sucesiones, pero sobre todo la política de matrimonios que daba acceso a títulos y tronos.

 

Los reyes también recurrieron a la extensión de su prerrogativa para impartir justicia, para lo cual crearon sus propios tribunales por encima de los tribunales señoriales al reservarse determinados casos judiciales. Esto permitió al monarca concentrar cada vez más poder y extender su presencia al conjunto del reino. Esto estuvo unido, ya en el s. XII, a la afirmación de su capacidad legislativa con la creación de leyes y la codificación de las ya existentes.

 

Además de todo esto, la guerra desempeñó un papel fundamental. En la medida en que los monarcas concentraron tierras y recrusos, también pudieron formar ejércitos más grandes en un contexto de elevada conflictividad. A esto se unieron las innovaciones tecnológicas en el modo de hacer la guerra con las llamadas revoluciones militares. A través de la guerra el monarca afirmó su autoridad suprema dentro del reino, pero también le permitió afirmarla frente a otros reyes y poderes supranacionales como el Imperio o la Iglesia.

 

El aumento del tamaño de los ejércitos, que se hicieron permanentes a partir del s. XV, conllevó el crecimiento del aparato administrativo en torno al que se formó la estructura organizativa central del Estado moderno. Aparecieron nuevos funcionarios al servicio de la corona encargados de desempeñar labores burocráticas, especialmente en la recaudación de impuestos y en el reclutamiento de soldados.

 

El fortalecimiento de los monarcas en sus respectivos reinos condujo a la obtención de reconocimiento mutuo, pero también de otras entidades como la Iglesia y el Imperio.

 

Posteriormente, con el desarrollo de la cartografía, se produjo la territorialización del Estado. Esto ocurrió a lo largo del s. XVI, y no fue hasta la Paz de Westfalia de 1648 que se formalizó definitivamente. De este modo aparecieron las fronteras que delimitaron el alcance geográfico de los Estados, al mismo tiempo que estos comenzaron a identificarse con su territorio. De hecho, el Estado moderno se caracteriza por ser un ente territorial y soberano en la medida en que reivindica el derecho exclusivo a gobernar el espacio geográfico que reclama como propio.

Bibliography used:

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Strayer, Joseph, On the Medieval Origins of the Modern State

Strayer, Joseph, Medieval Statecraft and the Perspectives of History

Gilbert, Felix (ed.), The Historical Essays of Otto Hintze

Tilly, Charles, Coercion, Capital, and European States: AD 990-1992

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Anderson, M. S., The Origins of the Modern European State System 1494-1618

Spruyt, Hendrik, The Sovereign State and its Competitors

Le Goff, Jacques, La Baja Edad Media

Giddens, Anthony, The Nation-State and violence

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